Se dicen tantas cosas el día de hoy, la ley sb-1070 contra los inmigrantes, el México vs España, el bicentenario de la independencia, lo que nos costara el bicentenario! Pero al final de cuentas NO tenemos mucho que celebrar.
Las opiniones indican que; qué vamos a celebrar?...la nueva escalada de precios?, el aumento de los impuestos, los mega sueldos de diputados y legisladores? la inseguridad en la que vivimos en cualquier ciudad de la República? la corrupción...? El desempleo...? que vamos a celebrar...?
Pero por qué no recobrar la alegría que algún día tuvimos por ser mexicano, esa alegría y gritos, emociones que derrochábamos solo con cantar el himno nacional un lunes en el homenaje, una ilusión de gol al ver a México jugar en los mundiales, o emocionarnos hasta casi llorar con las carreras de Ana Guevara o solamente el simple sentimiento de escuchar un nota o melodía mexicana hasiéndote recapacitar que tan lejos te encuentras de México, pero a la vez que tan cerca del alma lo llevas.
Pero que pasa con ese sentimiento, solo porque algunos han decido por nosotros...porque algunos han acaparado las riquezas, porque los hambrientos se han multiplicado, porque nos han robado la seguridad y tranquilidad, porque han querido acabar con nuestra esperanza.
NOOO... ese sentimiento me resisto a pensar que se haya ido, que debemos tener aun, la alegría de ser Mexicanos, orgullosos de nuestras raíces, de nuestros orígenes, de nuestra historia...de nuestros colores, de nuestras calles, nuestra gente, nuestro folclor, nuestras canciones, nuestros campos...
Algo tiene que pasar para que podamos recobrar la calma, la tranquilidad, nuestra economía, nuestro trabajo, nuestros sueños, el país que queremos dejarles a nuestros hijos...Alguien mas dijo que desde nuestra trinchera cada quien se ponga a hacer algo...no solo a enojarnos, a quejarnos, a ofendernos, sino a realmente hacer algo porque el sentimiento, el orgullo y honor de ser Mexicanos debe de ser motivo para celebrarlo individualmente no solo un día, sino todo el año, y no con fiestas “pedas” y gritos, sino con el sentimiento y valor de sabernos productivos día con día.
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